¿Qué tal reducir a la mitad el tiempo que se necesita para hervir el café, agua, té o bebidas en general? En la actualidad, los hervidores eléctricos son cada vez más comunes en la cocina, y esto se explica no sólo por su eficiencia, sino porque son compases de garantizar un control total de la temperatura que se requiere y se aplica en cada preparación.

¿Qué es un hervidor eléctrico?

Hervidor eléctrico

A grandes rasgos, es un electrodoméstico que se usa para calentar agua o líquidos a temperaturas diversas con un control total. Además, tiene un diseño con una estructura vertical que facilita la integración de un filtro de agua, un calentador, un sistema de regulación de la temperatura y finalmente un recipiente en el cual se deposita líquido.

¿Por qué comprar un hervidor eléctrico?

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Ahora bien, a modo de resumen, adquirir un electrodoméstico con estas características hace más sencilla la vida por:

  • Tiempo – Si se compara su eficiencia con otros métodos más convencionales para hervir bebidas que se consumen todos los días, sólo requiere de la mitad del tiempo.
  • Control de la temperatura – Cuando se opta por métodos tradicionales para calentar o hervir bebidas, no siempre se dispone de las herramientas necesarias para que la temperatura corresponda con lo que se desea. Con los hervidores eléctricos ocurre lo contrario, ya que la persona puede definir estos parámetros por cuenta propia.
  • Seguridad – Son equipos que ofrecen unas condiciones de seguridad tanto a nivel alimenticio como el funcionamiento. En otras palabras, las bebidas que aquí se procesen no se van a ver afectadas por su funcionamiento, ni tampoco va a ocurrir ningún tipo de inconveniente en la cocina por sus complementos de seguridad para evitar quemaduras o choques eléctricos.
  • Fácil de usar – Se sugiere su uso para cocineros con o sin experiencia. Tan sólo hay que depositar el agua en el contenedor, seleccionar la temperatura y esperar a que el dispositivo realice su trabajo.

¿Qué tipos de hervidores eléctricos hay en el mercado?

Son muchas las alternativas que hay en la actualidad en el mercado y esta es una clara ventaja para el consumidor. Las más comunes son:

  • Hervidor clásico – Se fabrica a partir de piezas de acero inoxidable y plástico. Sus funciones son básicas, pero son más que suficientes. Casi siempre tienen una capacidad estándar de 1,5 l.
  • Hervidor con filtro – Es la versión más reciente de este aparato y en su estructura principal el cuerpo suele ser robusto, alargado y reforzado. También incorpora un regulador de la temperatura para que el control de la cocción sea total. Cuenta con un filtro que se encarga de purificar el agua mientras se hierve, para que pase de un compartimento a otro. Es una mejor opción para promover hábitos alimenticios saludables.